lunes, 20 de abril de 2009

Ladrón que roba a ladrón....


Cuantas veces los dichos populares, que quedan grabados en nuestras mentes, los traemos a nuestras palabras como frases propias cuando hablamos.
Leyendo el periódico de hoy me vienen a la cabeza un par de ellos. Sobre todo cuando leía la noticia del regreso de este "Gran Profugo de la Justicia" como es "Don" José Pérez Díaz quien ha acudido esta mañana a renovar su Documento Nacional de Identidad que se encontraba caducado tras residir 18 años en México bajo otra identidad. Aquí podriamos usar la primera frase "Papeles para todos" da igual sus antecedentes.
Pérez Díaz que llegó el pasado sábado al aeropuerto de Madrid-Barajas procedente de México, se desplazó ayer a Asturias donde, además de reunirse con sus familiares, tiene previsto visitar la tumba de su madre, fallecida dos años después de su "escapadita", en su localidad natal de Linares, en el municipio de Allande. A su llegada a España, "Pepe el del Popular" aseguró sentirse "muy tranquilo" (por qué debería preocuparse), al tiempo que reafirmó su inocencia y que él no se llevó el dinero, aunque eludió contestar a temas jurídicos hasta tener "un conocimiento claro de la situación".
José Pérez Díaz salió del penal Ignacio Allende, en el puerto de Varacruz, el Viernes Santo, después de que el Juzgado de Instrucción número 3 de Santander declarase prescritos los delitos de apropiación indebida y falsedad documental que se le imputaban. Aquí podríamos usar la segunda frase "Ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón".
"Pepe el del Popular" había sido acusado por solo realizar un fraude por valor de 6.000 millones de pesetas (36 millones de euros) cuando trabajaba en una sucursal del Banco Popular en Santander.
Fue detenido el pasado 23 de marzo en la ciudad de México al acudir a la embajada de EEUU a pedir un visado. Al tomarle las huellas, los funcionarios comprobaron que la de su dedo índice coincidía con la de un español buscado desde 1991, año en el que desapareció tras haber sido avisado por sus superiores de que iban a someterle a una inspección porque habían descubierto "anomalías" en sus operaciones.
El juez santanderino ha considerado la prescripción de los delitos porque ya habían pasado más de diez años desde la última diligencia registrada en el sumario, en 1998.
Me viene otra frase a la cabeza: "EL TIEMPO TODO LO CURA".